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por Tristan de Dessindigo

Dibujar un desierto

Dibujar un desierto

El mundo ofrece una inmensa variedad de paisajes, todos únicos a su manera. Algunos son extremos o exóticos: es el caso de los desiertos, lugares conocidos por su aridez, el calor abrumador y la casi total ausencia de fauna y flora.

¡Hola de nuevo! Hoy, nos aventuraremos entre las dunas bajo un sol implacable. Te propongo seguir este tutorial que destaca los elementos esenciales a considerar para crear este tipo de paisaje.


Dibujar un desierto paso a paso

Vamos a comenzar nuestro dibujo dividiendo la imagen en dos grandes zonas, apoyándonos en la regla de los tercios. Según este principio, el cielo ocupa una o dos bandas según el énfasis deseado.

Aquí, queremos centrar la atención en el suelo: por lo tanto, solo daremos una franja al cielo. Para el límite, traza un borde irregular: más tarde se convertirá en la cadena de montañas en el horizonte.


Dibujemos el sol. Y si te preguntas dónde están las nubes, en un entorno tan árido, la probabilidad de lluvia es baja, por lo tanto, no hay nubes.

Dibuja un nuevo plano con el color de base de arena, elevando un gran montículo hasta el punto fuerte de tu cuadrícula.


Una vez establecida esta base, el boceto se vuelve más simple: traza varios montículos separados por líneas onduladas, luego cree un camino visual que nace del sol, atraviesa la gran duna y lleva hasta una escultura en ruinas.


Agregar las dunas al dibujo

Teniendo en cuenta la posición del sol y la intensidad de la luz, dibuja las sombras de las dunas. Utiliza un tono más oscuro y pinta el lado opuesto de los montículos: cuanto más fuerte sea la luz, más marcado debe ser el contraste.


Avanza paso a paso comenzando por la duna más cercana. En ella, dibuja surcos ondulados y paralelos: en el borde, se atenúan; en el centro, permanecen más definidos. Para lograr este efecto, realiza degradados que parten de la cresta de cada surco y se fusionan suavemente.

Pasa al siguiente plan, el de las dunas más alejadas. Por elección estética, evita los surcos: el conjunto debe permanecer más suave. Dibuja degradados muy sutiles que se adapten al movimiento de las ondulaciones. Añade algunas pequeñas rocas para evitar el efecto plano.

 

Dibuja luego la Esfinge. Es un detalle opcional que aporta peso a la composición. Respeta la dirección y la intensidad de la luz. Los detalles pueden permanecer imprecisos: esto refuerza la idea de desgaste. Añade algunas manchas irregulares a lo largo de la superficie.

Más adelante, la siguiente capa de dunas presenta ondulaciones más dinámicas y sombras más profundas.

Atención: evita el efecto "todo plano" . Sin embargo, sin multiplicar exageradamente los valores. El desafío consiste en jugar con saturaciones muy cercanas para modelar los volúmenes.


Ahora viene el momento de dibujar la duna más alta. El método es similar, con tonos y matices muy parecidos para construir los volúmenes. Aquí, la luz directa del sol matiza aún más la paleta: por lo tanto, será aún más limitada.

 

Dibujar los detalles del desierto

Para terminar, dibuja las dunas del fondo con degradados suaves y resalta su borde con un contorno claro. Repite rápidamente este principio en todas las dunas en el lado opuesto al sol. Aquellas que están del lado iluminado permanecerán casi imperceptibles: limítate a una aplicación simple.

Finalmente, crea un efecto granulado añadiendo pequeños puntos sobre todo el suelo arenoso.


Aquí está nuestro desierto de arena ya terminado. ¡Ahora es tu turno!

Recuerda los puntos clave: degradados sutiles para dunas suaves, contrastes bien definidos, valores que se aclaran con la distancia, y contornos de ondulaciones precisos.

Espero que esta guía te sea útil para tu futuro artístico. 

Redactor e ilustrador: Bryam