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por Tristan de Dessindigo

Dibujar un pueblo

Dibujar un pueblo

La Edad Media es sin duda una de las épocas más fascinantes de la historia. Su estilo arquitectónico tan particular ha marcado nuestro imaginario colectivo.

Ya hemos explorado varios elementos de esta época, y hoy, les propongo dibujar un pequeño pueblo medieval. Para ello, vamos a observar algunos aspectos esenciales de composición y arquitectura.


Dibujar un pueblo paso a paso

Para este dibujo, elegiremos una vista en picado, que permitirá apreciar más ampliamente el paisaje.

Comienza dibujando la línea del horizonte en la parte superior de tu hoja, dejando un pequeño espacio arriba. Desde el centro, dibuja un camino que se ensancha gradualmente hacia la parte inferior de la página.

Alrededor de este camino, dibuje varias casas de tamaños diversos, colocadas de manera irregular. Mantenga siempre en mente la perspectiva desde el punto de vista elegido.

Completa luego el dibujo añadiendo más casas a los lados, siguiendo los mismos principios de perspectiva y alejamiento.

Para las casas más lejanas, utiliza el área que está en la línea del horizonte: llénsla de pequeñas construcciones poco definidas, ya que su lejanía no requiere muchos detalles.

No olvides que se trata de un pueblo medieval: en esa época, el urbanismo no era tan geométrico ni uniforme como hoy en día. Así que añade árboles, macetas, plantas trepadoras adheridas a las paredes o colgadas de las ventanas; todos estos elementos darán vida a tu dibujo.


Dibuja las casas

Para sus casas, inspírate en las características típicas de la arquitectura medieval.

Las paredes son a menudo de piedra, con esquinas reforzadas por grandes bloques bien visibles.

Los techos pueden ser de tejas irregulares o de paja, y presentan una inclinación triangular. Algunos edificios están coronados por pequeñas chimeneas cilíndricas.

Dibuja luego pequeñas ventanas enmarcadas en madera, y una puerta de madera insertada en un arco de piedra, sin olvidar algunos maceteros decorativos para añadir encanto.

Continúa desarrollando el lado de la calle repitiendo estos elementos, manteniendo ligeras variaciones en el tamaño, la orientación y el estilo de las casas.

Al otro lado de la calle, modifica ligeramente las reglas para hacer el dibujo más interesante: introduce diferentes niveles, formas más complejas o decoradas, y añade una casa cuyo techo se vea desde arriba, para reforzar la impresión de vista aérea.

Finalmente, completa el fondo con casas más pequeñas y poco detalladas, y, al fondo, la vegetación de un bosque cercano, sugerida por unas pocas masas verdes.


Agrega las sombras, las luces y el color

Para finalizar el dibujo, añade un poco de textura al suelo: grandes losas de piedra para las aceras y un patrón simple de adoquines para la calle.

Pero el paso más importante consiste en trabajar la iluminación: orienta todas las sombras del mismo lado, de manera coherente, cubriendo solo una o dos caras de las casas.

Estas sombras también deben proyectarse sobre el suelo, siguiendo la dirección opuesta a la del sol, respetando la perspectiva.

Puedes enriquecer aún más su composición agregando color y textura: distingue las zonas verdes, la madera de los techos, de las puertas y de las ventanas, la piedra de las paredes, o incluso los adoquines del camino.

Y aquí está, ¡tu pequeño pueblo medieval está terminado!

Espero que este tutorial te haya inspirado y te haya dado ganas de experimentar con nuevas composiciones.

Recuerda: siempre comienza por establecer la perspectiva, luego organiza sus elementos alrededor de un punto de referencia central. Un camino, una plaza o un río, por ejemplo.

Varía las formas, añade pequeños detalles de la vida cotidiana, y sobre todo, deja que tu trazo respire: es en estas irregularidades donde nace el encanto de un dibujo.

Redactor e ilustrador: Bryam