Cómo hacer arte abstracto
¡Hola! Hoy, para variar, te propongo que nos adentremos en el mundo del arte abstracto. A través de este artículo, te ofreceré diferentes enfoques de reflexión para que tú también puedas crear obras abstractas dignas de un Picasso.
¡Prepara todo tu material... pero sobre todo, una buena dosis de creatividad: ¡Vamos!
¿Qué es el arte abstracto?
Antes de comenzar, es útil entender qué es realmente el arte abstracto. A diferencia del arte figurativo, que busca representar el mundo real (un paisaje, un cuerpo, un objeto...), el arte abstracto se desliga completamente de él. No muestra las cosas tal como se ven, sino que las reinventa a través de formas, líneas, colores o texturas.
Lo abstracto no busca "parecerse" a nada. Lo que importa es lo que la imagen hace sentir. Una composición de manchas, ritmos, contrastes puede evocar la ira, la alegría, la calma, el movimiento... o simplemente una sensación visual agradable.
En otras palabras, el arte abstracto es expresar sin representar. Abre la puerta a todas las libertades, no es necesario saber dibujar bien, solo hace falta tener ganas de explorar, de probar, de sentir.
Para comprender bien esto, les propongo descubrir juntos algunas obras de arte abstracto muy famosas, y tratar de entender qué quiso expresar el artista a través de ellas.
Composición VIII – Vassily Kandinsky (1923)
Kandinsky quería crear un lenguaje visual equivalente a la música. Utilizaba formas geométricas, colores vivos y líneas dinámicas para traducir emociones y ritmos, sin representar la realidad. Decía que el amarillo "sonaba como una trompeta", el azul como "un violonchelo grave".
Broadway Boogie Woogie - Piet Mondrian (1942-43)
Inspirado por la ciudad y la música, Mondrian transformó el mapa de Manhattan en un ritmo visual, compuesto de cuadros amarillos, rojos, blancos, azules. Cada elemento es como una nota musical o un pulso de luz.
Ritmo de Otoño (Número 30) – Jackson Pollock (1950)
Pollock pintaba dejando que la pintura gotease, salpicara o fluyera directamente sobre un lienzo colocado en el suelo. Él no buscaba representar un tema, sino capturar un gesto, una energía, un momento. El título "Ritmo de Otoño" evoca la idea de una temporada, de un movimiento natural y orgánico, como hojas en el viento.
N.º 61 (Óxido y Azul) – Mark Rothko (1953)
Buscaba provocar una emoción muy íntima en el espectador, como un eco interior. Sus grandes superficies de color aplicadas en capas finas flotan suavemente unas sobre otras. Esta pintura, con sus tonos profundos y cálidos, evoca la melancolía, la reflexión, incluso la espiritualidad.
Entonces sí, algunas obras o interpretaciones pueden parecer un poco "extravagantes"... ¡y eso es justamente todo el interés del arte abstracto! Como han podido ver, no es necesario ser un gran dibujante: mientras dejemos hablar a nuestra sensibilidad, podemos crear arte abstracto.
Lo que importa aquí no es la técnica, sino la emoción, la intuición, el deseo de jugar con las formas y los colores.
El material
Las obras abstractas son únicas y audaces, por lo tanto, el material que utilices puede serlo también. Eres libre de usar lo que más te guste y, sobre todo, lo que te haga sentir más cómodo/a para expresarte.
En general, los artistas aprecian particularmente la pintura acrílica. No es muy cara, ofrece colores intensos y vibrantes, y es muy versátil: se puede trabajar en capas finas y ligeras, o por el contrario en capas gruesas para dar relieve. Además, seca rápidamente, lo que permite continuar con las etapas sin esperar demasiado.
Sin embargo, también existen otras opciones interesantes según lo que desees hacer: la pintura al óleo, las tintas o incluso materiales no convencionales como el collage, o los pasteles o el para aportar diferentes texturas. ¡Incluso puedes mezclar los medios entre ellos, siéntete libre!
Lo esencial es encontrar lo que te inspira y te ayuda a traducir tus emociones en el papel o el lienzo. El arte abstracto es una invitación a explorar sin límites.
Algunos ejemplos de ejercicios para el dibujo abstracto
Cuando se tiene la costumbre de realizar dibujos figurativos, donde se busca representar el mundo tal como se ve, el arte abstracto puede parecer desconcertante e incluso intimidante. No hay formas reconocibles, no hay temas específicos... ¿Por dónde empezar cuando todo parece posible?
¡No te preocupes! El arte abstracto es ante todo un espacio para la creatividad y la expresión personal. No se trata de hacerlo "bien" o "correctamente", sino de dejar fluir las emociones, sensaciones e ideas.
En esta sección, voy a ofrecerles varias pistas de reflexión a través de ejercicios simples y accesibles, diseñados para guiarlos paso a paso. Ya seas principiante o acostumbrado al figurativo, estos ejercicios te ayudarán a explorar las formas, los colores, los ritmos, y sobre todo a liberar tu creatividad sin presión.
Ejercicio 1: El garabato emocional
Elige una emoción fuerte que le resuene en este momento, ya sea alegría, ira, ansiedad, nostalgia u otra cosa.
Toma un lápiz, un rotulador o incluso un pincel, y prepárate para expresar esa emoción. Durante 2 a 5 minutos, garabatea sin levantar la mano, sin intentar controlar ni hacer algo "bonito".
Deja simplemente que tu gesto siga el flujo de lo que sientes. Líneas, formas, ritmos aparecerán naturalmente, sin que necesites pensar.
Este ejercicio te invita a conectarte con tus sentimientos internos y traducirlos directamente en el papel, sin barreras ni juicios. Te sorprenderá ver cuánto estos trazos espontáneos pueden revelar energía y fuerza creativa, incluso puedes cerrar los ojos para concentrarte únicamente en tu emoción.
Ejercicio 2: El dibujo musical
Elige una pieza musical que te inspire, clásica, electrónica, rock, jazz, no importa, lo esencial es que te hable.
Toma tus pinceles, tus lápices o tus materiales favoritos, y deja que tus movimientos sigan el ritmo de la música. Conéctate con las variaciones sonoras: los momentos tranquilos, los crescendos, los silencios, las aceleraciones…
Pinta o dibuja sin buscar controlar precisamente tus formas, sino traduciendo las emociones y la energía que la música te hace sentir.
Este ejercicio permite aprender a dejar que el cuerpo y la intuición guíen el movimiento, lo cual es esencial en el arte abstracto. Abre el camino hacia creaciones espontáneas, ricas en expresión y dinamismo.
Ejercicio 3: Las tareas intuitivas
Llena tu arsenal de acuarela, tinta u otra técnica fluida. Sin pensar, deja que tu intuición te guíe para realizar manchas de color de formas aleatorias en tu hoja.
Haz una tarea tras otra, variando los colores. No dudes en mezclar varios tonos directamente en el papel para crear degradados sutiles o, por el contrario, campos de color bien definidos.
Una vez tus manchas estén secas, puedes añadir motivos, líneas, puntos u otros pequeños detalles para enriquecer tu composición.
Este ejercicio te invita a dejarte llevar, a explorar el color y la forma sin restricciones, para crear composiciones vivas y originales.
Ejercicio 4: Las mezclas involuntarias
Elige varios colores, ya sean armónicos o completamente contrastantes. Déjalos fluir, permitiendo que los tonos se mezclen libremente, sin tratar de controlar el resultado con precisión.
Concéntrate únicamente en cómo estos colores “dialogan” entre ellos, sobre las emociones o las impresiones que esta mezcla espontánea emana según tú.
Deje que tu mirada se sumerja en estas interacciones de colores, sin juzgar, simplemente observando lo que se revela ante tus ojos.
Este ejercicio te ayuda a comprender el poder expresivo de los colores y a familiarizarte con lo inesperado, una parte esencial del arte abstracto.
Lograr un arte abstracto
Es un poco complicado decir cuándo una obra de arte abstracto es realmente exitosa o no, porque es ante todo una cuestión de sensación personal. No hay reglas estrictas como la perspectiva o la anatomía que respetar.
Sin embargo, aquí hay algunos consejos simples para ayudarte a orientarte mejor y avanzar en este camino creativo.
Jugar con los contrastes
El arte abstracto a menudo se basa en contrastes marcados para cautivar la vista y transmitir energía. Jugar con oposiciones como grande/pequeño, lleno/vacío, fluido/seco o color vivo/oscuro permite crear tensiones visuales que dan dinamismo a tus obras.
Estos contrastes atraen la atención, estructuran tu composición y permiten expresar emociones poderosas sin recurrir a la representación realista.
No dudes en experimentar con estas dualidades para encontrar lo que mejor funcione según tu estilo y tus sensaciones.
Detenerse en el momento adecuado
Es a menudo la parte más difícil: saber cuándo detener tu obra. Una buena regla simple de recordar es observar cómo tu mirada circula sobre la composición.
Si tu mirada viaja de manera natural y armoniosa por toda la imagen, sin ser atraída o molestada por un detalle demasiado marcado, es una muy buena señal.
Por otro lado, si una zona te incomoda, suele ser señal de que necesita un pequeño ajuste, un equilibrio que restaurar o una atenuación.
Aprender a sentir ese momento en que la obra está justo terminada, ni demasiado ni muy poco, es esencial en el arte abstracto.
Dar un título (o no)
A veces, un título poético o abstracto puede ayudar al espectador a adentrarse en tu universo y a sentir tu obra de una cierta manera.
Títulos como "Tormenta tranquila", "Disonancia suave", "Ritmo rojo" o "Silencio circular" pueden evocar ambientes, emociones o movimientos sin explicarlos completamente.
Pero también puedes optar por dejar tu obra muda, sin título, para que cada uno pueda proyectar libremente sus propias interpretaciones y sentimientos.
En el arte abstracto, las dos opciones son válidas, según lo que desees transmitir.
Para concluir, el arte abstracto es sobre todo una aventura personal donde la emoción y la libertad priman sobre las reglas. Déjate guiar por tus sentimientos, experimenta sin miedo, y sobre todo, diviértete creando obras que te representen.
Después de todo, ¡eso es la belleza de la abstracción! ¡Espero que este artículo te haya inspirado! 😊
Redactora e ilustradora: Chloé Pouteau