Pintar un paisaje en acrílico
Los paisajes nos fascinan, y es seguro que alguna vez te has maravillado ante una puesta de sol con tonos rojizos extendiéndose por el cielo, por mencionar solo un ejemplo entre tantos.
Apuesto a que estás aquí con el deseo de capturar esos paisajes magníficos sobre tus lienzos.
Hoy vamos a descubrir juntos los elementos clave que debes tener en cuenta para realizar una pintura de paisaje con acrílicos.
El acrílico y sus características
Antes de comenzar, es fundamental conocer bien esta técnica, comprender sus características y sus posibilidades.
Generalmente recomiendo experimentar libremente, sin intentar representar algo específico, sino simplemente observar, probar y, si lo deseas, tomar algunas notas.
Mi consejo es que ensucies un lienzo, mezcles colores, pruebes distintas densidades, diluyas con agua o incluso experimentes con otros medios.
La experiencia te permitirá entender exactamente cómo funciona este material y qué puedes —o no— hacer con él.
Aquí tienes un resumen de los aspectos más importantes a considerar:
La pintura acrílica, gracias a su composición a base de polímeros acrílicos, posee las siguientes características:
- Secado rápido: permite realizar una pintura en pocos minutos y superponer capas.
- Alta adherencia: se puede aplicar sobre casi cualquier superficie.
- Resistencia al agua, aunque sigue siendo soluble en ella.
- Gran versatilidad: ideal para crear texturas y transparencias.
Recuerda que se trata de un material que te ofrecerá gran libertad y practicidad.
Ten presente que seca muy rápido, por lo que conviene tomar solo la cantidad de pintura necesaria y mantener la paleta y los pinceles húmedos.
Puedes añadir agua para diluir la pintura y obtener superficies más transparentes, o usarla directamente, en capas gruesas, para crear texturas y relieves que aporten volumen a tu composición.
Qué material utilizar
Para pintar nuestro paisaje necesitaremos:
- Pinturas acrílicas
- Pinceles (aunque también puedes usar espátulas, esponjas u otras herramientas)
- Una superficie para pintar (puede ser cualquier cosa, desde papel grueso hasta vidrio)
- Una paleta para mezclar colores
- Recipientes con agua o disolventes si los usas habitualmente
- Un paño para limpiar o secar el exceso de agua o pintura
También es útil tener un lápiz y una goma para realizar bocetos. Una vez tengas todo preparado, podemos comenzar.
Pintar un paisaje en acrílico: paso a paso
Para empezar, te recomiendo buscar referencias de los elementos que quieres incluir en tu composición: rocas, árboles, cascadas, nubes, flores, etc.
Tener ejemplos visuales te ayudará a nutrir tu escena. Usa también las reglas básicas de composición, como la regla de los tercios, para organizar tu imagen de forma equilibrada.
No olvides crear un punto focal para dirigir la atención del espectador hacia la zona que desees destacar.
Comenzar el boceto
Puedes hacer tu boceto de la manera que te resulte más cómoda: con formas genéricas o dibujando directamente con lápiz sobre el lienzo. También puedes crear un boceto aparte que te sirva de guía.
Pintar los elementos principales
Vamos a pintar nuestro paisaje comenzando por los elementos más lejanos y avanzando poco a poco hacia los elementos principales y más visibles.
En el ejemplo que he preparado, he decidido pintar todo el lienzo con un color neutro, casi opaco, para evitar el blanco puro.
Esto nos permitirá apreciar mejor los colores más adelante.
Una vez que el fondo esté seco y el boceto bien definido, podremos comenzar a pintar el cielo, creando un degradado descendente con acrílico diluido en abundante agua.
Esto permitirá que los pigmentos se fusionen suavemente antes de secar.
Dejaré secar completamente antes de añadir las nubes.
Para estas, utilizaré tonos de azul que vayan desde matices opacos hasta casi blancos, añadiendo algunos toques brillantes para simular la luz.
A continuación, comenzaremos a rellenar nuestra composición con las grandes formas del paisaje.
Pintaremos la playa, las rocas y la vegetación utilizando manchas de color base que se asemejen a sus tonos reales.
En esta etapa, las formas no deben ser perfectas; lo importante es establecer las bases de la escena.
Pintar el segundo plano del paisaje
Pasemos ahora al segundo plano, que es el más importante, ya que es donde colocamos los elementos centrales de la escena.
Añadiremos rocas y olas que se acercan a la playa, así como arena que las recibe.
Continuaremos añadiendo capas de color para dar forma a los elementos, pero esta vez integraremos texturas para que los distintos componentes —como el follaje de los árboles, las rocas mojadas y la espuma de las olas— se distingan claramente entre sí.
En nuestro dibujo se aprecia una montaña que emerge del mar al fondo de la escena.
Iremos añadiendo poco a poco volumen y textura a la montaña, sin definir en exceso cada detalle.
Aplicaremos simplemente manchas generales de color, cada vez más claras, para darle forma.
Luego pasaremos al mar, trazando líneas horizontales curvas que se estrechan a medida que nos acercamos al horizonte, donde desaparecen por completo.
Usaremos diferentes tonos de azul y otros colores; no dudemos en utilizar blanco para crear reflejos luminosos intensos, ya que es una característica esencial del agua.
Ahora pintaremos las rocas, creando sombras largas y definidas, mientras aumentamos el contraste para imitar la ilusión de una piedra mojada. Añadiremos destellos de luz con blanco y algunas pinceladas de amarillo pálido para simular la luz del sol y generar una sensación de calidez.
Para iluminar las plantas, añadiremos diferentes tonos de verde, junto con pequeñas pinceladas de amarillo para darles más brillo y vitalidad. Poco a poco, comenzarán a aparecer las formas de los árboles y los arbustos.
Aquí es donde las olas comienzan a chocar y romperse sobre la arena.
Para representarlas, utilizaremos pinceladas continuas que transmitan la sensación de fluidez propia del agua. Al principio no usaremos blanco, pero será necesario aplicarlo en algunas zonas específicas.
Finalmente, las olas se deslizarán sobre la arena, donde las pintaremos con un azul claro muy diluido, aplicando varias capas superpuestas que se integren con el color del suelo. Añadiremos algunas líneas curvas blancas para representar la espuma que deja el impacto de las olas.
Finaliza tu dibujo del paisaje
En esta sección, pintaremos hierbas de un verde más oscuro, como si estuvieran a la sombra. Añadiremos un poco de detalle y textura, pero sin exagerar, ya que son elementos cercanos que no deben dominar la escena.
Esperamos que este artículo te haya gustado y que te ayude a comenzar a crear tus propios paisajes.
No olvides diseñar tu pintura acrílica siguiendo las reglas de composición, trabajar desde el fondo hacia el primer plano, dar prioridad a los detalles y las texturas en el plano principal, y empezar con colores base antes de añadir tonos más luminosos.
Reservemos el blanco únicamente para las superficies reflectantes o transparentes.
Autor e ilustrador: Bryam