Dibujar un chalet de montaña
Escapar de la gran ciudad durante unos días es un sueño para muchos de nosotros. A menudo imaginamos un entorno pacífico y sereno, representado por una bonita cabaña rústica hecha de troncos de madera, rodeada de una naturaleza generosa, con una vista impresionante de las montañas.
Hoy vamos a enfrentar el desafío de dibujar una cabaña de montaña, pero no una cualquiera, le daremos un toque auténtico para crear una imagen verdaderamente atractiva. Para ello, nos basaremos en varios elementos: primero que todo, una cabaña rústica, por supuesto, pero esta vez en un paisaje nocturno iluminado por una fogata.
Dibujar el boceto de la cabaña de montaña paso a paso
Es esencial organizar nuestra composición, así que comencemos por el elemento principal: el chalet. Para esto, dibujemos un cubo que colocaremos sobre otro, más ancho y más plano. Esta base servirá para representar las paredes y las fundaciones de la estructura.
Luego, añadimos la estructura triangular del techo. Asegúrate de que sobresalga hacia adelante, pero también a los lados del cubo inicial. En este punto, también podemos añadir una rampa en la base, que nos servirá más tarde para dibujar algunos escalones.
Es el momento de añadir otros elementos importantes: una puerta centrada en la fachada más ancha, así como varias ventanas en ese mismo nivel para decorar las paredes.
También puede dibujar una ventana adicional en la parte superior, entre los dos lados del techo, e indicar la separación entre los pisos usando troncos dispuestos horizontalmente.
Dibujar el paisaje alrededor del chalet de montaña
Es hora ahora de organizar la naturaleza alrededor del chalet. Comencemos por añadir algunos árboles en la parte trasera del chalet, preferiblemente pinos de tamaños variados, o una especie local si lo prefieres.
También puedes dibujar algunas rocas, que nunca estarán de más. Y finalmente, en primer plano, casi como elemento central, coloca una fogata.
Imposible imaginar una cabaña en la montaña sin este detalle: en el fondo, dibuja dos niveles de montaña. Comienza con dos colinas verdes, ricas en vegetación, luego añade en la cima picos rocosos y nevados, representando las cumbres más altas.
Añadir los colores
Antes de aplicar los colores base, recordemos que nuestra escena ocurre de noche: por lo tanto, usaremos tonos más oscuros que lo habitual. Empecemos por la cabaña y el jardín, utilizando verdes y marrones poco luminosos.
En esta lógica, las montañas serán aún más oscuras. Las colinas laterales serán casi negras, mientras que traeremos un poco de luz a los picos montañosos, una elección más estética que realista.
Para finalizar esta primera etapa, dibuja degradados tanto en el cielo nocturno como alrededor de las fuentes de luz de la escena, la fogata y las ventanas utilizando toques difusos de amarillo claro.
Agregar el fondo al dibujo
Como de costumbre, comenzaremos por texturizar el fondo. Vamos a trabajar tres elementos principales: las colinas boscosas, las montañas rocosas y el cielo estrellado.
Empecemos por el cielo: sobre el degradado preparado anteriormente, añade puntos blancos aleatorios, más concentrados en algunos lugares. Para las colinas, añade texturas irregulares en diferentes tonos de verde oscuro. Finalmente, para las montañas rocosas, utiliza manchas rígidas acompañadas de varias salpicaduras de blanco para simular la nieve.
Pasemos al jardín: agrega algunos árboles casi ocultos en la penumbra. No los descuides, su ausencia sería inmediatamente visible. No es necesario detallarlos, excepto por aquellos que son alcanzados por la luz. Esos recibirán capas de brillo que llegan hasta el naranja.
A continuación, dibuja las rocas y la hierba. Para las rocas, mantén una textura rugosa, similar a la de las montañas. Considera su proximidad a la fuente de luz para determinar si necesitan ser iluminadas. Para la hierba, aplica una textura irregular también influenciada por la luz del fuego. Utiliza fuertes contrastes. Añada algunos tallos de hierba dispersos en el patio.
El fuego de campamento es el punto focal de la escena. Se destaca por una luz intensa y contrastes marcados debido a la proximidad de los elementos con la llama. Así, las rocas y la madera tendrán tonos tanto oscuros como amarillos intensos.
Dibujar las texturas del chalet
Agreguemos ahora una textura base a la superficie de la madera, que le dará riqueza visual al conjunto. Esto también simplificará el trabajo de coloreado evitando un acabado demasiado plano.
Concentrémonos luego en la iluminación bajo el techo. Es importante analizar el comportamiento de la luz: se difunde parcialmente y no cubre uniformemente todos los objetos.
Es por lo tanto prudente iluminar de manera focalizada, dejando voluntariamente zonas más oscuras. Se pueden utilizar las tablas de madera para crear zonas de sombra marcadas, lo que reforzará el interés visual.
Agregar los detalles al dibujo
Dado que se trata de una construcción de madera, es pertinente agregar algunos troncos a la vista. Esto acentuará el aspecto rústico de la cabaña al tiempo que añade cierta complejidad arquitectónica. No olvides imitar la textura de las fibras: líneas alargadas, ligeramente temblorosas, típicas de la madera.
El revestimiento es más simple de lo que parece. Simplemente traza varias líneas paralelas que atraviesen las paredes. Alterna entre marrones oscuros y reflejos ocre o amarillos debido a la luz. Para más realismo, evita iluminar de manera uniforme: varía la intensidad y la longitud de las líneas.
Finalizar su dibujo
Para terminar, dibujemos la base de la cabaña: dibuja rocas en su fundación. Comienza con una base oscura, luego añade manchas entrelazadas como un rompecabezas. Varía las tonalidades entre gris, marrones y amarillos, para armonizar el conjunto con el resto del paisaje.
¡Nuestro dibujo está ahora terminado!
Recuerda siempre trabajar por planos, esconder algunos elementos en la sombra sin por ello omitirlos: su simple presencia contribuye al equilibrio de la escena.
¡Ahora es tu turno: pon en práctica lo que acabas de aprender!
Redactor e ilustrador: Bryam