Dibujar del natural
Hola a todas y todos, tal vez ya hayan oído hablar del dibujo del natural, este método es uno de los mejores modos de hacer progresos visibles en muy poco tiempo. Observar, capturar el momento, dibujar sin red: este es un excelente entrenamiento para el ojo... y para la mano.
Entonces saquen su cuaderno, agarren un lápiz, abran bien los ojos... y dejen hablar a su creatividad. ¡Vamos allá!
¿Qué es el dibujo del natural?

Cuando uno comienza a dibujar, uno de los consejos que más se repite es que la práctica es la mejor manera de progresar, y esto es totalmente cierto.
Sin embargo, tendemos a querer hacer dibujos complejos y acabados cada vez, y a veces podemos encontrarnos bloqueados por el síndrome de la página en blanco. La verdad es que para progresar, no necesitas ser siempre creativo, y es ahí donde el dibujo del natural cobra todo su sentido.
El dibujo del natural es el arte de capturar el mundo tal como es, en movimiento, imperfecto, vivo. Al llenar un cuaderno día tras día, afinamos nuestra mirada, aprendemos a observar de verdad, a captar lo esencial sin detenernos en detalles innecesarios. Es una práctica que permite avanzar rápidamente, ya que obliga a salir de la zona de confort: no hay posiciones fijas, no hay marcha atrás.
Este ejercicio nos permite trabajar nuestro trazo, pero sobre todo desarrollar el sentido de la observación. Esto alimentará la imaginación y les permitirá ser más eficientes al dibujar, además de más creativos.
El material

Para dibujar al natural, no necesitas llevar todo tu taller: la idea es ser ligero, reactivo y estar listo para sacar tu cuaderno tan pronto como una escena te inspire. El material básico a menudo cabe en un pequeño estuche y puede acompañarte a todas partes.
Lo más importante, por supuesto, es un cuaderno de bocetos. Elija uno lo suficientemente resistente para llevarlo al aire libre, con un formato que le resulte cómodo. El tamaño A5 es un buen compromiso: ni demasiado grande, ni demasiado pequeño. Algunos prefieren cuadernos con papel un poco texturizado, otros optan por páginas lisas, pruebe y vea qué le conviene.
A continuación, necesitas una herramienta para dibujar rápidamente: lápiz, portaminas, bolígrafo, rotulador fino... Lo esencial es que deslice bien y que puedas trazar sin preocuparte de la perfección. El bolígrafo de tinta o el rotulador fino tienen la ventaja de obligarte a asumir cada trazo, lo que puede ser muy formativo.
¡Y eso es todo, en resumen, no necesitas nada más!
El estado de ánimo

Habrán comprendido que el objetivo del dibujo en vivo es llenar cuadernos enteros de bocetos y observaciones. Sin embargo, no es raro encontrarse también con un miedo muy simple: arruinar su cuaderno. Muchos artistas compran cuadernos, listos para empezar, y finalmente tienen ese temor de que sus dibujos no sean exitosos, de malgastar el espacio, de tener páginas con malas composiciones... y al final, ante estas preocupaciones, no dibujan.
Siempre esperamos que nuestros bocetos se parezcan al que tienen en la parte superior izquierda, mientras que en realidad, se parecen mucho más al de la parte superior derecha, e incluso, pueden ser aún menos elaborados y eso es totalmente normal.
Cuando se dibuja del natural, hay que aceptar los pequeños errores. No se trata de buscar la perfección o un dibujo "exitoso": la idea es captar una atmósfera, un movimiento, una impresión. Es necesario aprender a observar con curiosidad, a dibujar sin pensar demasiado, a equivocarse sin detenerse. Cada boceto se convierte en un ejercicio, una huella, un pequeño trozo de tu mirada sobre el mundo. Y cuanto más llenas tu cuaderno sin presión, más progresas naturalmente.
Es un momento para uno mismo, un entrenamiento vivo, no un concurso de belleza. Permítanse fallar, dibujar rápido, no terminar todo. Es en este ritmo libre y espontáneo donde tu trazo se vuelve más fluido, más expresivo… y donde el placer regresa.
Dibujar un paisaje del natural
Porque no hay nada mejor que un ejemplo concreto, les propongo ver cómo dibujar un paisaje y un ser vivo con este método.

La idea con el dibujo en vivo o del natural es salir y dibujar algo estético o interesante. Imaginen que tienen esta vista delante de vosotros: el primer instinto debe ser establecer un marco, simplemente porque, de lo contrario, se distraerán con todo lo que está alrededor y quizás enfocarse menos en lo que ven. Es como si le tomaran una foto al entorno. Esta "foto" les ayudará a escoger lo que realmente quieren dibujar, a simplificar la escena y a evitar dispersarse.

Una vez establecido el marco, llega el momento más importante: la observación. Miren todo lo que compone la imagen, cuáles son las formas principales, los diferentes planos, la interacción de los elementos, la conexión entre ellos. Al principio, esto puede tomar un poco de tiempo, pero con la práctica verás que se convierte en un verdadero reflejo que solo te tomará unos segundos.
Aquí, se pueden observar diferentes planos: la montaña en el fondo, los árboles justo después, el suelo y la casa, y finalmente, en primer plano, los troncos de madera.

Una vez que se hayan familiarizado bien del paisaje, pueden volver a dibujar los elementos principales de manera muy sintética. Esto les permitirá verificar si son coherentes entre sí.
Si han cometido errores de proporción, no se preocupen, no lo borren. Solo piensen que con la práctica, entenderán mejor las relaciones de escala.

Una vez que hayan terminado, y si todavía te queda un poco de tiempo, entonces pueden agregar algunos detalles, por ejemplo, algunos trazos rápidos para sugerir la materia o la luz. Aquí también, intenten mantener un trazo enérgico y simplificar con líneas expresivas.
Dibujar un ser vivo del natural
El principio que acabamos de ver para los dibujos de paisajes también funciona para los dibujos de seres vivos:

Comiencen por establecer el marco.

Observen la dinámica de la pose y traten de entender los diferentes posicionamientos de la cabeza, del torso y de la pelvis, así como el movimiento de los brazos y las piernas. Dibujar al natural a un ser vivo es aún más complejo que dibujar un paisaje, porque nos movemos muy rápido.
Una pose como la de arriba es imposible de dibujar al mismo tiempo que la bailarina la realiza, pero puedes tomarte el tiempo de observar para luego redibujarla.

Sinteticen su pose: solo con el torso, la cadera, la cabeza en volúmenes simples y líneas para los brazos y las piernas puede ser suficiente para reproducir el movimiento general. Cuanto más dinámica sea la línea, más lograrán crear siluetas fuertes e impactantes.

Luego, si tienen algo de tiempo, pueden añadir detalles más profundos de anatomía, incluso accesorios u otros.
El ejercicio del cronómetro
Si aún tienen algo de aprensión para empezar, les recomiendo un ejercicio muy efectivo que les ayudará a soltarse. Pueden hacerlo desde casa con una foto de referencia (o incluso observando lo que les rodea) o al aire libre.
Comiencen por establecer un marco a su mirada y dedíquense uno o dos minutos a observar en detalle lo que les rodea: los elementos, la composición, los planos, la interacción, la luz... en resumen, intenten comprender al máximo. Luego, dediquen 2 minutos a redibujar lo que tienen frente a sus ojos (pueden mirar de nuevo, por supuesto, pero recuerden que 2 minutos es poco tiempo).
Una vez que los dos minutos hayan pasado, intenten hacer el mismo ejercicio, pero dándose solo 30 segundos para redibujar. Verán que cuanto más corto sea el cronómetro, menos ganas tendrán de borrar o entrar en detalles; sus trazos serán más dinámicos y lograrán captar lo esencial.

En conclusión, el dibujo del natural no es imprescindible si quieres progresar en dibujo, pero es un ejercicio realmente muy interesante.
Verán que al liberarse de sus propias expectativas, es ahí donde más progresarán mientras disfrutan lo que hacen.
Y hablando de disfrutar ¡Espero que este artículo les haya gustado! 😊
Redactora e ilustradora: Chloé Pouteau